El Plan
Regulador Comunal (PRC) es
un instrumento legal que afecta a todas las propiedades públicas y privadas
dentro de un área urbana (ciudad), y
determina la forma y las condiciones bajo las cuales podemos ocupar el
suelo.
El objetivo principal
del PRC es favorecer el desarrollo comunal, buscando crear una relación
armónica entre los distintos usos del territorio a lo largo del tiempo:
residencia, comercio, centros de salud, industrias, escuelas, centros
deportivos, plazas y áreas verdes, entre otros.
Un PRC establece normas
que todos los propietarios deben cumplir, de manera que al crecer una ciudad y
cambiar sus edificaciones, se cautele:
1) Que según aumente la población y sus actividades, haya
suelo disponible para construir, sin amenazar tierras cultivables ni áreas de
potencial atractivo turístico.
2)
Que las nuevas
viviendas o actividades se ubiquen en lugares seguros sin riesgo natural
(inundaciones, derrumbes).
3) Que las edificaciones
y espacios públicos (calles, plazas) se construyan según las normas que
establece la Ley General de Urbanismo y Construcciones, garantizando la
seguridad, la higiene y la concordancia con las costumbres y tradiciones
locales.
4) Que en los distintos
barrios dentro del área urbana puedan implementarse los equipamientos
necesarios para el bienestar de la población (comercio, salud, educación,
seguridad, entre otros).
5) Que las actividades
molestas o peligrosas para las personas
y el medio ambiente natural (por ejemplo talleres, industrias) se ubiquen en
lugares adecuados y con las condiciones requeridas para no generar impactos
negativos.
6) Que se reconozcan y
protejan las edificaciones patrimoniales, históricas o de valor estético dentro
de la ciudad, como parte de la
identidad local.
7) Que existan las
calles con anchos adecuados y en los sectores que se necesitan para asegurar el
transporte eficiente de la población.
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